ESTIMULACIÓN MANUAL PARA LOS PROLEGÓMENOS
Propuesta:
Colocaos uno junto al otro, tumbados boca arriba; pásale un brazo sobre el abdomen. Esta postura es ideal para estimular hábilmente con los dedos por espacio de largos periodos de tiempo sin cansarte, puesto que el brazo no hace ningún esfuerzo y la muñeca está apoyada en su hueso púbico. Además, te permite centrarte en los tipos de estimulación manual más adecuados (suave, rítmica, exterior), frente a los incorrectos (agresiva, tosca, interior).
La estimulación manual consta de tres pasos básicos: Primero, tumbados de costado-con la base de la mano sobre su monte de Venus, tus dedos abarcando suavemente su vulva—, emplea un solo dedo (el índice o el corazón) para iniciar tranquilamente la exploración: recorre el perímetro de los labios mayores y menores; acaricia la cara interna de los muslos con la punta de los dedos, roza la antesala de la vagina con un suave movimiento del dedo en forma de gancho (en realidad la imagen inversa de este movimiento, puesto que la palma de la mano mira hacia abajo), como si te deslizaras sobre la superficie de un estanque o acariciaras dulcemente a un gato entre los ojos.
Estimula a continuación con dulzura la protuberancia del glande con la punta del dedo, haciendo círculos rítmicamente.
Como si volvieras a acariciar al gato, realiza de nuevo el movimiento en forma de gancho para acercarte al glande desde el frenillo, rozando apenas la antesala de la vagina.
Estimula luego la zona situada sobre el glande, donde se encuentran los labios mayores —la comisura anterior—, pasando suavemente la punta del dedo por todo el glande en dirección descendente.
Sírvete ahora de dos dedos para apretar el glande por los dos lados.
A continuación, emplea los mismos dedos para entrar en la vagina; presiona con la punta de los dedos el techo vaginal y sobre el hueso púbico. En esta posición los dedos envuelven el glande. Masajea la zona situada debajo del glande, donde se cruzan infinidad de terminaciones nerviosas. En esta posición puedes aplicar una presión más firme y constante, abandonando la suavidad con que has procedido hasta el momento. Según cuál sea el grado de excitación, tal vez sientas que el puño del clítoris se hincha alrededor de la antesala vaginal y te atrapa ligeramente los dedos.
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Puedes introducir ahora un tercer dedo.
Manteniendo la misma posición -con dos o tres de- dos-, ejecuta movimientos rápidos y breves de izquierda a derecha para estimular el nódulo y el glande al mismo tiempo.
Por último, retira los dedos y presiona la vulva con la palma de la mano, abarcándola en su totalidad. Haz como si la palma fuera una pared y deja que tu pareja presione como guste; esto estimula la mayoría de las terminaciones nerviosas de la vulva, especialmente las de los labios, que a menudo se pasan por alto. Deja que ella determine la presión a su antojo. Es frecuente que tanto en la estimulación manual como en la oral, los hombres caigan en el error de suponer que deben llevar la iniciativa, para luego quejarse de que se les cansa la lengua o se les entumecen las muñecas. Si en algún momento notas este tipo de fatiga es porque te estás aplicando a fondo, pero no bien. En general debes limitarte a aplicar una presión y proporcionar un punto de resistencia consistentes, ya se trate de la punta de la lengua o de la palma de la mano.
Mientras sigues tumbado junto a ella, utiliza alternativamente los tres tipos de estimulación y confía en tu instinto para saber cuándo debes usar uno u otro.
Otra posibilidad es que ella se tumbe boca abajo. Acércate a la vulva desde arriba, introduciendo el pulgar en la antesala de la vagina, y masajea el nódulo con movimientos rítmicos mientras los dedos índice y corazón estimulan el glande.
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Con independencia de cuál sea tu elección, tómate tiempo para que ella se excite poco a poco, para que vaya acumulando la tensión sexual que finalmente se liberará con el orgasmo. En el arte de la estimulación manual, poco importa que seas un leñador o un ejecutivo; tu profesión es lo de menos, pues todos necesitamos unas “manos fuertes” para trabajar.
UN POCO DE DOMINIO
El dominio del que hablamos en este libro no implica ningún tipo de dolor o de peligro, sino que por el contrario refuerza la confianza y la excitación.
Puedes usar corbatas, pañuelos o cintas, o comprar muñequeras de velcro y bandas para tobillos especialmente diseñadas para el juego sexual.
Sepárale las manos para que no pueda moverlas, atándolas a los postes de la cama, si los hay, o entre sí. Si atas las dos manos juntas, colócaselas por encima de la cabeza, no bajo la espalda (lo que le causaría incomodidad y le impediría la circulación).
Si deseas limitar los movimientos de sus piernas, no cometas el error de separarlas demasiado y atarlas por separado (la clásica imagen de la mujer con los brazos y las piernas extendidos y sujetos a las cuatro esquinas de la cama). Ata las piernas juntas a la altura de los tobillos, para que ella pueda adoptar distintas posturas.
Advertencias
- Nunca ates a nadie del cuello, ya sea hombre o mujer.
- No le cubras la cara ni hagas nada que le impida respirar normalmente. Hay quien disfruta con la experiencia de ser atado y amordazado, pero esto último puede hacerse de manera que no impida la respiración (por ejemplo, atándole una tela fina alrededor de la cabeza y la boca, en lugar de introducir algo en la boca).
- Si ella está realmente indefensa y no puede liberarse, no la dejes sola ni un momento.
- No impidas sus movimientos por mucho tiempo.
- Estate atento en todo momento a cualquier indicio de incomodidad y responde de inmediato. Las protestas pueden ser a veces parte de la fantasía, por lo que conviene acordar una señal clara para interrumpir la experiencia en caso necesario.
VARIACIONES DE LA POSTURA ESTÁNDAR
Si padeces algún tipo de disfunción sexual:
Pueden usarse dos variantes de la postura estándar que además de ser muy placenteras ayudan a los hombres que padecen algún trastorno sexual, principalmente disfunción eréctil (también conocida como impotencia) o eyaculación precoz. En este caso debes saber que el cunnilingus es una actividad profundamente erótica y, aunque no necesariamente aprieta el gatillo tanto como la penetración genital, puede producir una eyaculación precoz, sobre todo cuando ella está a punto de alcanzar el clímax.
Si padeces de eyaculación precoz, coloca a tu pareja tumbada hacia los pies de la cama, con las piernas colgando y la vulva alineada con el borde de la cama. Pon una almohada en el suelo y arrodíllate delante de ella (otra alternativa es que te abrace con las piernas sobre los hombros). En esta posición podrás realizar una amplia variedad de técnicas orales y evitar al mismo tiempo el contacto físico y la fricción con tu propio cuerpo que puede llevarte hasta la eyaculación.
En cuanto a la disfunción eréctil, algunos hombres se quejan de que no consiguen mantener la excitación o de que pierden la erección durante el cunnilingus. Si ocurre esto, adopta la posición descrita en el comienzo de este capítulo, con una ligera variación: en lugar de instalarte entre sus piernas, abraza uno de sus muslos y apoya el pene contra su pierna.
Puedes aplicar un poco de aceite para masajes y frotarte suavemente contra su pierna durante toda la sesión. De esta manera seguirás conectado con su cuerpo y no perderás la excitación.
También puedes consultar lo que se dice sobre la penetración en el capítulo 22, para combinar el contacto genital con el cunnilingus y mantener así la erección.
EL BESO PRECAVIDO. PRIMERA PARTE
En el capítulo 19 hablamos de la importancia de la protección y el látex. Es el momento de sacar todo el instrumental y de aprender a usarlo. Si ya has realizado los prolegómenos de la estimulación manual y estás tomando las precauciones adecuadas, lo más probable es que te hayas puesto unos guantes de látex especiales para la ocasión, como los que puedes encontrar, por ejemplo, en el catálogo de blowfish.com. Los hay de distintos colores y texturas -algunos ligeramente empolvados o lubricados-, con una apariencia menos “clínica” que los habituales.
- Es hora de usar una barrera dental. En primer lugar, asegúrate de que está limpia y no ha sido utilizada anteriormente. Este tipo de artículos son desechables y se venden por docenas. Las barreras dentales sirven también para el juego anal, por lo que debes tener la precaución de emplear una para la vulva y otra para el ano, para no transmitir bacterias del uno a la otra.
Prueba la marca Glyde LOLLYES de barreras dentales. Se han diseñado expresamente para el se- xo oral y son las únicas aprobadas por las autoridades sanitarias. Según los fabricantes, los LOLLYES “son como labios de látex para lamer”. A diferencia de las barreras tradicionales, éstas son largas y ultrafinas, por lo que apenas se aprecia una pérdida de sensibilidad. Se fabrican en varios colores y distintos olores. Pueden encargarse directamente a sheerglydedams.com o solicitarse por catálogo a empresas como blowfish.com. Estas barreras ultrafinas son sin duda una buena inversión.
Aplica sobre la vulva unas gotas de lubricante al agua (el aceite y el látex no son una buena combinación) y coloca la barrera sobre toda la zona, cubriendo la antesala de la vagina. Si usas una barrera dental debes saber que tu pareja no sentirá la humedad directa de tu lengua, sino que responderá a la vibración transmitida a través del látex. La mayoría de las técnicas “lingüísticas” descritas en este libro pueden realizarse con una barrera dental, si bien es preciso introducir ligeros ajustes y optar por las variantes más profundas e intensas, descartando las más suaves, ya que pueden no transmitirse bien.
- Cuando uses una barrera dental, piensa que tu lengua es una fuerza activa para aplicar presión, e incorpora encías y dientes al juego. A la hora del primer beso genital, tal vez optes por lamer como si degustaras un helado, pero cuando llegues al glande, en lugar de rozarlo ligeramente con la lengua, presiona suavemente con la superficie de los dientes superiores.
Sería falso decir que el uso de una barrera dental no te impide desplegar libremente todas tus habilidades “lingüísticas”; lo cierto es que tu destreza se verá reducida entre un treinta y un cuarenta por ciento. Es difícil sustituir la humedad y la plena libertad de la lengua, capaz de producir electrizantes sensaciones con el más leve roce, pero tampoco es imposible. Tendrás que compensar las limitaciones con creatividad y perseverancia. Conoce y acepta que al principio estarás limitado y busca nuevos modos de gratificación.
En lugar de pensar en la barrera dental como un artilugio que limita las sensaciones, úsala como instrumento de placer:
- Roza el glande con el borde de la barrera dental.
- O introduce un extremo de la barrera en la vagina y presiona hacia arriba sobre el nódulo mientras con el extremo restante abarcas toda la zona del clítoris. Sírvete de ambas manos para “pulirlo” como si de una exquisita perla se tratara.
Pregunta: Llegados al punto de tener que utilizar diques dentales, ¿por qué no estimularla manualmente y pasar después directamente a la penetración genital?
Respuesta: Porque incluso con un dique dental la mujer puede expe- rimentar bastante placer con el sexo oral, ya que se pueden conseguir bastantes cosas con el uso combinado de lengua, dientes, encías labios que no podrías lograr si te limitaras a las manos o al pene. La principal barrera frente al placer cuando se usa un dique dental no es física, sino mental.
El cunnilingus es mucho más que lengua: incluye la presión rítmica de dientes, encías y labios; permite combinar la estimulación oral con la manual, lo que sin duda te coloca en una posición muy ventajosa para dar placer a la mujer; te permite concentrarte en el proceso de respuesta sexual; además, se trata de un acto en sí mismo completo, de un conjunto físico, mental y emocional, cuyo resultado es superior a la suma de sus partes. El hecho de que uno de los actores que intervienen en el juego esté parcialmente limitado no es impedimento para ofrecer un espectáculo de primera.
EL BESO PRECAVIDO. SEGUNDA PARTE
Pregunta: «En este momento tengo relaciones sexuales con varias mujeres; supongo que podría decirse que no soy monógamo, por ahora. Estoy en un momento de mi vida en el que sólo pretendo divertirme, aunque tomo mis precauciones para no correr riesgos. Por eso utilizo una barrera dental de látex cuando bajo hasta la vulva de una chica. Lo difícil es conseguir que la barrera no se mueva mientras intento jugar con los dedos dentro de su vagina. Me gustaría tener cuatro manos: dos para sujetar la barrera y otras dos para mover los dedos. ¿Alguna sugerencia?» (Chad, 34 años).
Respuesta: Tu pregunta sobre la dificultad de mover los dedos para la estimulación manual cuando estás usando una barrera de látex es quizá una de las quejas más frecuentes: ésa y la pérdida de sensibilidad que resulta de su uso.
Algunos han llegado a idear métodos sumamente originales para que la barrera no se mueva, como por ejemplo: usar unos panties muy ceñidos y sin “entrepierna”; o unas ligas elásticas en los muslos para sujetar los dos extremos de la barrera. Incluso he oído de gente que emplea esparadrapo. No voy a molestarme en describir todas las posibilidades, porque algunas francamente no son muy aconsejables y otras parecen una pura memez (usa tu imaginación).
A veces ayuda que ella sujete la barrera mientras tú mueves la lengua, aunque lo mejor es que la sujetes cómodamente tú con una mano y que te sirvas de la otra para la estimulación manual. Ya sé que eso no resuelve tu problema; permíteme sugerirte que aceptes el desafío con un ánimo distinto: en lugar de preocuparte por cómo “liberar” tus manos, concéntrate en la mejor manera de estimular el nódulo con las manos al tiempo que sujetas la barrera.
- Empieza con un consolador (una réplica del pene masculino que se fabrica en distintos tamaños y texturas); compra un aparato de cabeza ancha (al menos cinco centímetros de diámetro), que encaje bien en la antesala de la vagina.
- Introduce la cabeza del consolador (unos cinco centímetros) en la antesala vaginal. Debe encajar sin producir molestias y abarcar la región del frenillo, como sucede durante la penetración. Lo principal es que el consolador permanezca en la vagina sin ayuda de tus manos.
- Coloca la barrera dental y acaricia el frenillo con los pulgares mientras lames el glande del clítoris.
- Pasa la lengua sobre el glande con delicadeza; el puño del clítoris debería tensarse en torno al vibrador, sobre todo si ella estaba bastante excitada en el momento de introducirlo.
- También puedes introducir el vibrador casi completo en la antesala de la vagina, muy despacio, de tal modo que sólo sobresalgan la base del aparato y como máximo dos o cuatro centímetros de éste. Activa el aparato en modo de baja vibración. Mientras sujetas la barrera dental podrás empujar hacia abajo la base del vibrador con la barbilla o con una muñeca, para aplicar un suave masaje.
Por último, si tú y tu pareja (o parejas) os tomáis el cunnilingus en serio (y si además tenéis sentido del humor), puedes comprar un artefacto conocido como “acomodador”. Se trata de un vibrador con una cinta que se sujeta al extremo de la barbilla y se asegura con una goma elástica (como una especie de bozal). Cuando te pongas un acomodador parecerá que tienes un pene colgado de la barbilla, de manera que debes estar preparado para que se rían un poco de ti. Sin embargo, este artilugio es muy fácil de manipular al tiempo que lames cómodamente. El acomodador puede comprarse en sextoys.com.
EL BESO ESCARLATA
Más información en el artículo de blog Sexo oral durante la menstruación: El beso escarlata.
Lo cierto es que no tienes por qué renunciar al sexo oral cuando ella esté menstruando, aunque es probable que te sientas inclinado a hacerlo. Tanto los hombres como las mujeres se muestran por lo general sensibles a cuestiones de higiene, olor y sabor cuando se habla de cunnilingus, y estos reparos aumentan cuando la mujer tiene la regla. Sin embargo, gracias a la invención de algo tan sencillo como un tampón podrás hacer que tu pareja se estremezca sin que tú notes flujos indeseados los trescientos sesenta y cinco días del año (siempre que a ella le apetezca, claro está); algunas mujeres experimentan un acusado descenso del deseo sexual cuando están menstruando, mientras que a otras se les agudiza. Todo depende de su química particular.
- Antes de comenzar los prolegómenos, deja que ella se ponga un tampón limpio y lave la vulva con una toalla húmeda.
Ya estás preparado para entrar en acción y puedes poner en práctica la mayor parte de las técnicas “lingüísticas” descritas en este libro.
- Como siempre, concéntrate en ser suave y ligero, y en aplicar una presión rítmica y constante.
- Lo normal es que la cuerda del tampón cuelgue hacia abajo, para que no interfiera en el juego, aunque a veces puede usarse para rozar o barrer el glande en combinación con la lengua.
- No te preocupes por los dedos, pues el tampón será tu representante. A medida que la tensión sexual aumente en ella, los músculos pélvicos y el puño del clítoris se contraerán alrededor del tampón y le ayudarán a alcanzar el orgasmo. El tampón debe presionar también la zona del nódulo.
- Aunque no introduzcas los dedos en la vagina, puedes usarlos alrededor de la entrada vaginal, sobre los labios, el perineo y en la región anal. Y, si quieres, también puedes introducir un dedo además del tampón, para ejercer mayor presión sobre el nódulo.
No hay razón para que ella no alcance el orgasmo de esta manera. En realidad, la eficacia de esta técnica demuestra que el orgasmo femenino es resultado en buena medida de la estimulación de la densa red de terminaciones nerviosas del clítoris que pueblan la superficie de la vulva y no se ven afectadas por la presencia del tampón.
En lo que respecta al beso escarlata y a la prevención de riesgos, debes saber que aun cuando uses una barrera de látex sigue existiendo una mayor probabilidad tanto de transmitir como de contraer enfermedades sexuales cuando ella está menstruando, pues ciertos virus, como el VIH, están más presentes en la sangre en ese momento. Por eso, aunque emplees un tampón en combinación con la barrera dental, tal vez prefieras prescindir del cunnilingus si ella está con la regla.
EL BESO VIRGINAL. LA PRIMERA VEZ PARA ÉL
Pregunta: “Tengo muchas ganas de hacer el cunnilingus con mi novia, pero no lo he hecho nunca y me da un poco de miedo; no por los olores, sino por no saber hacerlo bien y darle placer. ¿Hay algún consejo para un novato?” (Eric, 21 años).
Respuesta: Toma nota de lo siguiente:
1. Asegúrate de que se excita mucho con los prolegómenos.
2. Tómate tiempo.
3. Procede con ritmo y suavidad. Olvida todo lo que hayas visto en las películas porno y ten confianza. No confundas empezar suavemente con hacerlo apáticamente. Actúa con fortaleza de lengua y de espíritu.
4. Concéntrate en lo que ves: sus labios (menores y mayores), la comisura anterior y el frenillo, la antesala de la vagina, el perineo y el glande del clítoris. Disfruta de toda la vulva.
5. No te apresures en llegar al glande; es extremadamente sensible, por lo que debes centrarte primero en otras zonas de la vulva.
6. Comienza con lametones amplios y lentos: hacia arriba, old hacia abajo, hacia la derecha y hacia la izquierda. Observa la reacción de tu pareja. No temas preguntarle si le gusta, pero tampoco le lances una batería de preguntas.
7. Hazle saber cuánto te gusta; dile lo bien que sabe.
8. Mantén el ritmo con sencillez. Concéntrate en las rutinas básicas esbozadas en este libro. Evita las fantasías; no te preocupes por estimular, de momento, el nódulo.
9. Confía en tu instinto; relájate y busca un espacio mental que te permita hacer en lugar de pensar.
10. Recuerda que el objetivo no es el orgasmo, sino el placer. A lo mejor ella no llega al orgasmo la primera vez, pero eso no significa que no haya disfrutado de la experiencia.
EL BESO VIRGINAL. LA PRIMERA VEZ PARA ELLA
Pregunta: “Mi novio quiere tener sexo oral conmigo y estamos los dos muy nerviosos, aunque tenemos muchas ganas: nos preocupa porque yo no lo he hecho nunca y no sé lo que debo esperar, pero también porque nunca he tenido un orgasmo durante la penetración. Soy capaz de llegar al orgasmo cuando me masturbo, pero no cuando estoy con un hombre. Antes lo fingía, pero mi novio actual me gusta mucho, estamos pensando en casarnos y quiero ser completamente sincera. Él es un entusiasta del sexo oral y piensa que así seré capaz de tener un orgasmo, pero yo no estoy segura. La verdad es que nunca he dejado que un chico me haga eso, porque no me siento del todo cómoda mientras me ven, me huelen y me saborean. ¿Qué puedo hacer?” (Lynn, 23 años).
Respuesta: Tu novio tiene razón. Tendrás muchas más posibilidades de experimentar un orgasmo durante el cunnilingus que durante el coito. Esto sucede porque el clítoris es la fuente de energía del orgasmo y responde mucho mejor a una presión rítmica y constante.
La penetración no suele ofrecer al clítoris la estimulación necesaria para desarrollar la tensión sexual; por eso cuando te masturbas sí lo consigues.
Que seas capaz de alcanzar el orgasmo cuando te masturbas es muy positivo: si no pudieras, es más que probable que tampoco lo lograras con el cunnilingus. La masturbación es el primer paso para acostumbrar a tu cuerpo y a tu mente a trabajar conjuntamente para producir placer.
Así pues, no cabe duda de que estás en el buen camino.
- Lo principal es relajarse y concentrarse en el placer. No pienses en el orgasmo, sino sólo en disfrutar de la experiencia. Es estupendo que a tu novio le guste el cunnilingus; sólo asegúrate de que también en su caso el placer y no el orgasmo es el objetivo.
- Dedicad un buen rato a los prolegómenos y asegúrate de que estás bien excitada antes de empezar. Piensa en la estimulación manual que te permite alcanzar el orgasmo cuando te masturbas.
- Si deseas usar un vibrador díselo a tu novio. A lo mejor te apetece que mire cómo te masturbas o, mejor aún, te apetece masturbarte con su mano.
- Muéstrale sin reparos lo que te gusta y lo que no; alaba lo que te gusta y dile lo que no te agrada de un modo constructivo. El ego masculino se siente herido con mucha facilidad cuando se le hace una crítica sexual.
Puesto que nunca has practicado el sexo oral con un hombre, prepárate para embarcarte en una aventura repleta de sensaciones: unas serán increíbles, otras te parecerán nuevas y extrañas, abrumadoras, incluso molestas. Si algo no te gusta, díselo. La columnista y escritora Anka Kadakovich relata cómo fue la primera vez que practicó el cunnilingus: “Estaba sentada en mi coche nuevo y tan excitada que sin querer metí la marcha atrás y me estrellé contra la puerta del garaje. ¡Cómo iba a explicárselo a la compañía de seguros!”.
Si te da reparo que él te vea, te huela o te saboree, piensa que no eres la única. He aquí algunos consejos para que te relajes.
- Incorpora a los prolegómenos una ducha o un baño; enciende velas; deja que te dé un masaje con aceite aromático. Aprecia el interés de tu novio y ten por seguro que a la mayoría de los hombres les encanta la visión, el olor y el sabor de la vulva, y que se excitan sobremanera cuando hacen un cunnilingus. Es muy posible que el entusiasmo de tu novio sea contagioso y que los dos os sintáis muy cómodos con la experiencia.
- Relájate, déjate llevar y concéntrate en el proceso de respuesta sexual. Procura instalarte en el mismo estado de ánimo que cuando te masturbas. Permanece en contacto con tu cuerpo, concéntrate en el placer que estás recibiendo y déjate llevar. La mayoría de las mujeres fantasean más durante una sesión de sexo oral que mientras son penetradas; no tengas miedo de dejar volar tu imaginación.
- Ten en cuenta que serán necesarios varios intentos antes de que alcances el clímax; no te sientas frustrada. Puedes acercarte mucho, pero no llegar del todo.
- Si notas que estás a punto de llegar pero no eres capaz de abandonarte a la experiencia, mastúrbate tú los últimos momentos, sobre todo si sabes que de ese modo alcanzas el orgasmo. Tendemos a pensar que la masturbación es un acto privado, incluso vergonzante, aunque lo cierto es que tanto los hombres como las mujeres tienen la fantasía de ver cómo se masturba su pareja. Puesto que ya has demostrado tu sinceridad y tu apertura al hablar libremente con tu pareja de tu incapacidad para alcanzar el orgasmo durante el coito, puedes sentirte perfectamente cómoda para comprender la importancia de la masturbación. Es muy posible que a tu pareja le guste mirar cómo te estimulas hasta alcanzar ese punto sin retorno, sobre todo porque ha sido él quien en un noventa por ciento te ha llevado hasta allí.
- Si no estás abierta a la masturbación, deja que él use su lengua para llevarte lo más lejos posible y probad luego la penetración vaginal colocándote tú encima; de esta manera tendrás un mayor control sobre la posición del pene, así como sobre el ritmo y la presión que recibe tu clítoris. A muchas mujeres les gusta tocarse durante el coito, por lo puedes combinar la penetración con la masturbación.
Ante todo, intenta disfrutar del placer del cunnilingus. Aunque no logres alcanzar el orgasmo la primera vez, ten la certeza que estás en el buen camino y terminarás por conseguirlo.
EL BESO EMBARAZADO
No hay razón alguna para no disfrutar del cunnilingus durante el embarazo, a menos que el médico haya prohibido expresamente cualquier tipo de actividad sexual, como sucede cuando existe un historial de abortos espontáneos, pues las contracciones del útero pueden provocar un parto prematuro. La oxitocina, una sustancia que se libera con la actividad sexual, se produce también durante las contracciones del parto, tanto es así que a veces se utiliza oxitocina sintética para inducir el parto, e incluso es posible que el médico recomiende el sexo en este sentido.
En la mayoría de los casos, sin embargo, el cunnilingus es un buen modo de mantener una actividad sexual sana a lo largo de todo el embarazo. Incluso es probable que la mujer aprecie aún más las atenciones de tu lengua cuando está embarazada. Según The Girlfriends’ Guide to Pregnancy, de Vicki Iovine: “La mejor noticia sobre los cambios que están teniendo lugar «ahí abajo” es que muchas mujeres sienten una especie de excitación sexual constante, por la concentración de flujo sanguíneo en los órganos sexuales. Tracy dice que cuando caminaba mucho casi alcanzaba el orgasmo con la simple fricción de las piernas”.
CUIDADO: En el segundo trimestre de embarazo se recomienda a la mujer no permanecer mucho rato tumbada boca arriba, pues esta postura interrumpe la circulación de la vena cava y reduce el proceso de oxigenación. Para remediarlo basta con ponerse un cojín en la zona lumbar o bajo las caderas y ladearse ligeramente.
Otra ventaja del embarazo es que ella puede tener mayor facilidad para el orgasmo y ser éste más intenso y prolongado. Esto sucede porque las contracciones del útero son más intensas y más sensibles a la liberación de oxitocina.
El reverso de la moneda es que la mujer puede encontrarse en un estado constante de excitación sexual, puesto que los genitales están permanentemente llenos de sangre. Suele ocurrir que muchas mujeres descubren su capacidad para experimentar orgasmos múltiples durante el embarazo.
Puesto que el cunnilingus entraña un acercamiento más íntimo que cualquier otra actividad sexual, es posible que adviertas algunos cambios durante el embarazo: podría ocurrir que se presentaran pequeñas pérdidas de sangre en el momento en que la mujer debería tener la menstruación. Estas pérdidas carecen de importancia y no deben confundirse con la intensa hemorragia que se presenta cuando existe un embarazo extrauterino o cuando se produce un aborto. También puedes notar la concentración de flujo sanguíneo en el clíto- ris y que los labios se agrandan y cambian de color; normalmente se vuelven más oscuros. El flujo natural puede cobrar una textura más densa y adquirir un olor característico. Muéstrate atento a estos cambios, pues es posible que ella también lo esté, y busca un espacio cómodo para ambos.
Las tres garantías del cunnilingus son más importantes que nunca durante el embarazo. Insiste en decirle que huele de maravilla, que sabe de maravilla, que te parece preciosa en todos los sentidos, y verás cómo disfrutas de verdad con su vulva.
JUGUETES ÚTILES
Pregunta: “Soy bastante inexperto en el arte del cunnilingus y no consigo mover las manos y la lengua al mismo tiempo; me resulta imposible concentrarme en las dos cosas. ¿Qué puedo hacer?” (Geoff, 32 años).
Respuesta: Prueba a usar un vibrador. Con independencia de cuál sea tu nivel de competencia, un vibrador resultará un complemento perfecto para el cunnilingus.
Si tu pareja no ha usado nunca un vibrador para masturbarse, puede ser divertido que compréis uno juntos; los hay de todos los tamaños, formas, texturas, estilos y con distintos extras.
Si la elección del vibrador tiene por objeto mejorar vuestra sesión de cunnilingus, recuerda una vez más que la forma debe estar al servicio de la función. Muchos hombres emplean el vibrador para penetrar, empujar y clavar, en una burda imitación del pene durante el coito; de ahí que muchos vibradores imiten la forma del pene masculino.
Utiliza el vibrador de un modo similar a cuando te concentras en usar la lengua y los dedos para realizar suaves movimientos rítmicos que abarcan todas las zonas visibles de la vulva, así como los primeros centímetros de la vagina.
Piensa que el vibrador sustituye a tu lengua y a tus dedos; no es un pene de plástico que debas introducir. El hecho de que se parezca a un pene no significa que deba usarse como si lo fuera. Para eso basta con un vibrador en forma de varita, de entre nueve y doce centímetros de longitud y una cuarta parte de diámetro. La longitud importa poco, puesto que sólo vas a introducirlo unos centímetros en la vagina.
La mayoría de los vibradores van envueltos por una cubierta de plástico duro o una funda de silicona menos rígida. Cualquiera de los dos resulta adecuado, siempre que sea firme y sólido, con un mínimo de flexibilidad. Opta, en definitiva, por un aparato sencillo y fiable, cómodo y fácil de usar.
Como sucede con cualquier instrumento, lo importante es el uso que hagas de él. Puedes introducir el vibrador libremente en cualquier momento después del primer beso genital, sabiendo que lo mejor es usarlo cuando la sesión ya esté bien avanzada y próxima a la fase del preorgasmo.
El vibrador es útil para estimular suavemente todas las zonas visibles de la vulva -labios, perineo y los contornos del glande-, como alternativa a los dedos. Debe seleccionarse una velocidad baja: una vibración difusa y persistente que va resonando poco a poco en el cuerpo de ella.
- Introduce el vibrador en la antesala vaginal (con lubricante en caso necesario). No pases de esta zona y concéntrate en el nódulo clitorídeo. Mueve suavemente el vibrador hacia dentro y hacia fuera. Recuerda que no debes sobrepasar los primeros cinco centímetros del conducto vaginal.
- Trabaja principalmente con la punta del vibrador. No tengas prisa; deja que el vibrador repose en la entrada de la vagina; este movimiento lento y ligero debe hacer que el puño del clítoris se contraiga en torno al aparato.
Tras un buen rato de estimulación, introduce uno o dos dedos por debajo del vibrador para presionar el aparato. De este modo el vibrador aplica un masaje sobre el nódulo.
PLANTILLA
Fotocopia esta plantilla y empléala para diseñar tus propias rutinas.
Primera fase: El primer beso (menos de un minuto)
LENGUA:
DEDOS:
MANOS:
Segunda fase: Marcar el ritmo (de tres a cinco minutos)
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DEDOS:
MANOS:
Tercera fase: Aumento de la tensión (de cinco a diez minutos)
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Cuarta fase: Escalada (de tres a cinco minutos)
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MANOS:
Quinta fase: Preorgasmo (de tres a cinco minutos)
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Sexta fase: Orgasmo (menos de un minuto)
LENGUA:
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MANOS: