sexoral Academy

  • 30 La escalada de la acción: Primera parte

    OLVÍDATE DEL PUNTO

    Sin duda habrás oído hablar del punto G y hasta es probable que hayas dedicado bastante tiempo a localizarlo, para terminar por preguntarte si alguna vez lo encontrarías. Tal como avanzamos anteriormente, el punto G es mucho más que un punto; llamarlo así es en realidad un error. En todo caso es un área, una extensión sensible. Olvídate del término punto G y piensa en él como un nódulo. Piensa en este nódulo como si fueran las “raíces” invisibles de una flor que se adentra en el “suelo” de tejido eréctil y osamenta pélvica.

    Ahora que ya sabemos lo que buscamos, salgamos en su busca.

    ACÉRCATE

    Hemos hablado de las posibilidades de la estimulación manual introduciendo un solo dedo, el índice inmóvil, en la antesala de la vagina. Ahora vamos a mover ese dedo:

    • Introduce el dedo índice estirado y cúrvalo a continuación, como cuando haces a alguien un gesto para que se acerque.
    • Frota suavemente el techo de la vagina con la punta del dedo. Al hacerlo, éste pasará sobre el nódulo, una zona de tejido esponjoso que rodea la uretra y se hincha contra el techo de la vagina con la excitación. A estas alturas, localizar el nódulo debería ser relativamente fácil, pues estará hinchado por la acumulación de sangre. La punta del dedo debe terminar el viaje en el tejido esponjoso en la intersección del techo y la entrada de la vagina.

    [DIBUJO Presión con el dedo en gancho output_page-166.jpg]

    • Presiona ligeramente contra el hueso con la punta del dedo. Es posible que ella se estremezca al primer roce, ahora que estás estimulando una nueva zona caliente de la región del clítoris.
    • Además de doblar la punta del dedo hacia arriba, aprieta con éste contra el techo de la vagina, manteniendo la presión sobre la zona. No tengas reparo en presionar contra el techo. El nódulo es menos sensible que el glande y responde estupendamente a una presión firme y prolongada.

    Cuando presiones con el dedo el techo de la vagina, sírvete de la mano libre para empujar hacia abajo el monte de Venus. La presión desde arriba complementa a la que se realiza desde abajo y aumenta la sensibilidad de la zona a tu tacto. Esto es debido a que el tejido esponjoso del nódulo anida entre el techo de la vagina y el hueso del pubis, y se hincha al acumularse en él la sangre. (Para visualizar esta técnica consúltese el dibujo de la parte inferior).

    • Ahora que ya sabes doblar el dedo índice para rozar el techo de la vagina/nódulo clitoridiano, invierte la posición y haz lo mismo en el suelo vaginal. Mientras recorres el suelo de la vagina estás estimulando el tejido perineal (la zona de tejido eréctil que reviste la región comprendida entre la vagina y el ano).

    [DIBUJO Presión sobre el nódulo clitoridiano output_page-167.jpg]

    [DIBUJO Pellizco perineal output_page-168.jpg]

    Dale un “pellizco perineal”. Cuando estimules el tejido perineal desde dentro con el dedo, usa el pulgar para presionar el perineo desde fuera. En esta posición estás pellizcando literalmente el perineo desde ambos lados.

    • Una vez has prodigado tus atenciones al techo y al suelo vaginal, sírvete del índice flexionado para rozar las sensibles paredes de su vagina, a derecha e izquierda, con especial interés a las zonas próximas a la entrada.
    • Asegúrate de acompañar este recorrido por las paredes vaginales con los movimientos de lengua descritos en los capítulos anteriores (los verticales serán los más fáciles y naturales en este momento). Si te resulta demasiado difícil combinar la acción de las manos y la lengua, limítate a apoyar la lengua sobre el glande y concéntrate en la estimulación manual.

    REPASEMOS

    En este capítulo hemos rebautizado el punto G con el nombre de nódulo clitoridiano para ampliar nuestra comprensión de esta importante zona erógena y hemos aprendido a estimularlo manualmente con distintos movimientos de los dedos.

  • 31 Dos son compañía

    Ahora que ya sabes aprovechar todas las posibilidades de un solo dedo podemos introducir otro más, el dedo corazón. Piensa que ambos son un solo dedo y deja que trabajen conjuntamente.

    • Primero introduce los dedos en la vagina, con la palma de la mano hacia arriba, sin moverlos. Tómate un momento para sentir cómo se contraen sus músculos pélvicos y cómo se tensa la antesala de la vagina alrededor de tus dedos.
    • Ahora emplea los dos dedos igual que hiciste antes con el índice para rozar en sentido lateral el suelo, el techo y las paredes de su vagina, realizando el movimiento que hacemos para indicar a alguien que se acerque. Mientras estimulas el techo vaginal, siente el tejido esponjoso del nódulo en las puntas de los dedos.
    • Extiende los dedos y empuja contra el techo vaginal sobre el tejido esponjoso, aplicando una presión firme. Empuja con la otra mano sobre el monte de Venus.
    • Usa las dos manos para acariciarla desde arriba y desde abajo.
    • Sigue estimulando el glande con la lengua, bien con breves lametones verticales o simplemente con la lengua quieta y plana. Aplicar una presión constante sobre el glande es tan importante en este momento como los lametones, si no más.
    • La combinación de dedos y lengua permite estimular simultáneamente el nódulo y el glande del clítoris. La presión en el nódulo debe ser más suave y la del glande más intensa. El placer que ella siente es fruto de la mezcla de ambos tipos de estimulación.

    PRESIÓN CON EL DEDO EN GANCHO

    • Flexiona ahora las puntas de las puntas de los dedos dedos hacia arriba dentro de la vagina y empuja contra el techo y el nódulo. Presiona firmemente. Introduce las puntas de los dedos en el tejido esponjoso, situado en la parte superior de la entrada de la vagina, y levántalas (hasta el nudillo o de la forma que te resulte más cómoda) hacia el techo vaginal.
    • Mantén la posición presionando con las puntas de los dedos.
    • Para lamer el glande del clítoris desde fuera (al tiempo que lo estimulas con los dedos desde dentro), apoya la barbilla en la palma de la mano. Las puntas de los dedos deben presionar en la zona situada justo detrás del glande (sólo una fina franja de tejido y hueso pélvico separa tus dedos de tu lengua).

    El movimiento de los dedos en gancho en muy importante para estimular el nódulo en toda su extensión mientras tu boca no pierde el contacto con la vulva; lo más probable es que tus dedos se encuentren en esta posición cuando ella alcance el orgasmo, y tal vez puedas utilizar un tercer dedo para aumentar la intensidad de sus contracciones pélvicas.

    [DIBUJO Gancho y lengua output_page-170.jpg]

    REPASEMOS

    Además de introducir un segundo dedo, hemos visto la importancia del movimiento en forma de gancho, que permite abarcar el nódulo en toda su extensión. Llegados a este punto del proceso, busca la posición con los dedos y mantenla aplicando una presión constante.

  • 32 Interludio

    PREGUNTA: “A mi novia le encanta el sexo oral, aunque a veces se queja de sentirse sola mientras se lo ofrezco. ¿Es algo raro?” (Rob, 29 años).

    RESPUESTA: No, su sensación de soledad no es del todo infrecuente. Aun cuando el cunnilingus es una intensa experiencia física, puede ser que ella se sienta un poco alejada de ti. Intenta colocar una de sus piernas de manera que tu pene repose sobre la cara interior de su muslo. Acaríciale el vientre con la mano libre. Busca un mayor contacto entre tu cuerpo y el suyo. Y aunque estés concentrado en su vulva, ten en cuenta que allí hay una mujer completa, por lo que debes hacer un esfuerzo adicional para verbalizar tus sensaciones y mantener la conexión.

    TIEMPO MUERTO

    Los movimientos en forma de gancho descritos en el capítulo anterior ofrecen una excelente ocasión para apartarnos brevemente del cunnilingus y centrarnos en otro tipo de estimulación, suponiendo que ella lo autorice:

    • Sin dejar de estimular el nódulo clitoridiano, colócate de rodillas, abrázala de costado y besa su estómago y sus pechos; también puedes besarla en la boca, si ella no se opone, pero ten cuidado: igual que no a todos los hombres les agrada la idea de besar a una mujer después de que ella haya estado estimulando su pene, muchas mujeres prefieren no besar una cara húmeda que acaba de estar en la vulva.
    • Para disfrutar de este interludio puedes tener a mano una toalla o alguna de tus prendas (camiseta, por ejemplo) y secarte rápidamente la cara. También puedes darle palmadas en la cara interior de los muslos y ligeros toques en la vulva.

    LA COMBINACIÓN PERFECTA

    El interludio es una oportunidad excelente para refrescarte el paladar con un par de sorbos de vino. Tal como señalamos en la Primera parte, el nivel de pH de la vagina es curiosamente similar al del vino, de ahí que el cunnilingus y el fruto de la uva resulten una combinación perfecta. Bebe un blanco seco o un tinto ligeramente ácido para estimular tu lengua.

    Si además de entregarte por completo a tus sentidos no te importa reparar en gastos, opta por un buen vino aromático con olor a fruta y miel y combínalo con el dulce néctar de su vulva; será lo más parecido a la ambrosía, el alimento de los dioses. Al margen de cuál sea tu elección, comparte el vino con ella antes de volver a lamer su vulva. Pero recuerda que durante este intervalo los dedos deben permanecer en posición de gancho dentro de la vagina. Mantén la presión sobre el nódulo clitoridiano y disfruta de todas tus libaciones.

    REPASEMOS

    La presión con los dedos en gancho es ideal para un breve interludio en la sesión de cunnilingus. Vuelve a conectar con la parte superior del cuerpo de tu pareja y disfruta de otros modos de estimulación antes de reanudar el proceso.

  • 33 La escalada de la acción: Segunda parte

    BAJO PRESIÓN: EL CLÍTORIS

    Es hora de empezar a aplicar más presión sobre el clítoris con la boca; mucha más. En este punto del proceso de respuesta sexual la estimulación en forma de presión constante sobre el glande del clítoris es quizá la técnica más importante para que ella llegue al orgasmo. Los otros tres factores esenciales son:

    • El ritmo de tu lengua sobre el glande del clítoris.
    • La presión de los dedos contra el nódulo.
    • El soporte de tu mano bajo sus nalgas.

    La combinación de estos cuatro elementos facilita el orgasmo femenino oralmente inducido.

    • Presiona con la lengua quieta y plana. Aprieta cuanto puedas con la lengua el glande del clítoris. Automáticamente, ella empujará la vulva para sentir tu lengua.

    Ha llegado el momento de introducir un aspecto clave de la estimulación oral: la presión con la encía.

    • Levanta el labio superior para presionar con la encía la comisura anterior, la zona de tejido sensible situada justo encima del glande (si te resulta difícil usar la encía puedes emplear el labio superior).
    • Empieza por aplicar una presión suave y auméntala progresivamente a medida que notes que ella se siente cómoda. Aunque la comisura anterior no es tan sensible al tacto como el glande, contiene sin embargo abundantes terminaciones nerviosas, pues bajo ella se encuentra la caña del clítoris. La presión con la encía tiene la ventaja de que mientras estimulas la comisura anterior puedes seguir lamiendo hábil y fácilmente el glande, el frenillo, el capuchón y los labios menores.
    • Igual que cuando dejas la lengua quieta y plana, deja que sea ella quien marque el ritmo. Permítele que se sirva de tu encía como un elemento de resistencia que ofrece la fricción necesaria para el orgasmo.

    DE ABAJO ARRIBA

    Debes saber que la presión con la encía puede producirte una sensación fuerte, incluso un ligero dolor, especialmente cuando ella está a punto de alcanzar el orgasmo.

    Si necesitas tomarte un respiro, presiona contra el frenillo que, por fortuna y al igual que otras zonas sensibles de la red clitoridiana, es rico en terminaciones nerviosas; además, al estar muy cerca del glande, puedes seguir estimulando éste con la lengua.

    • Presiona el frenillo con el dedo pulgar para aplicar un masaje al tejido y al hueso púbico. Asegúrate de que la punta del pulgar está justo debajo de la lengua mientras sigues lamiendo.

    Puedes usar un vibrador para presionar el frenillo, una zona que soporta muy bien la presión. Debes apoyar la punta del vibrador bien acoplada bajo el glande. Mientras lames la cabeza del clítoris, la punta del vibrador debe quedar por debajo de la lengua (notarás ligeramente el zumbido) y el mango del vibrador bajo tu barbilla. Si quieres saber más sobre cómo incorporar un vibrador consulta la sección del Apéndice titulada “Juguetes útiles”.

    Mientas presionas la comisura anterior con la encía, o el frenillo con el pulgar o un vibrador, lo importante es producir un punto de resistencia para aumentar la fricción y generar la oportuna tensión sexual.

    [DIBUJO Presión con las encías output_page-177.jpg]

    [DIBUJO Presión con las encías y pellizco perineal output_page-177.jpg]

    TODOS JUEGAN

    Es hora de combinar la presión de la encía con los movimientos en forma de gancho. Es esta mezcla de presión constante en la región clitoridiana, tanto por dentro como por fuera, lo que transporta a la mujer hasta la fase inmediatamente anterior al orgasmo.

    • Mantén la presión con la encía entre 5 y 10 segundos y varíala luego con movimientos de lengua: breves pasadas horizontales sobre el glande de derecha a izquierda o verticales desde abajo.
    • Continúa aplicando la estimulación manual con los dedos en forma de gancho.
    • Presiona el frenillo con el pulgar.
    • Emplea la otra mano (la que sujeta sus nalgas) para estimular el perineo. Si la mano sujeta las nalgas horizontalmente, gírala para ponerla en posición vertical, en línea con la abertura de las nalgas. El pulgar quedará libre y dispuesto para estimular el perineo por fuera.

    Por si no lo sabías, ya eres un profesional. Estás estimulando todas las zonas claves de la red clitoridiana, tanto las visibles como las ocultas, y llamándolas a todas a la acción.

    REPASEMOS

    1. En este capítulo hemos visto la importancia de aplicar presión externa en la región que rodea la cabeza del glande.
    2. Hemos introducido la técnica de presionar con la encía la comisura anterior o de presionar el frenillo con la punta del dedo o con un vibrador. Lo importante es mantener la presión constante y generar un punto de resistencia mientras continúas estimulando el glande con la lengua.
    3. Deja que ella establezca la pauta del ritmo y de la presión.
    4. Hemos aprendido a combinar la presión con los dedos en gancho para estimular el nódulo con la presión de la encía sobre la comisura anterior y de la lengua sobre el glande, además de estimular manualmente el frenillo y el perineo.
  • 34 Una puntada a tiempo ahorra ciento

    PREGUNTA: ¿Puedo hacer algo para acelerar el proceso durante la sesión de cunnilingus?

    RESPUESTA: Hagas lo que hagas, no intentes acelerar las cosas aumentando el ritmo de la estimulación. Una de las principales quejas de las mujeres con respecto a los hábitos orales de los hombres es que son demasiado rápidos y bruscos. Por eso, “si te la follas con la lengua” o le lames el clítoris como si fueras un actor porno con la intención de acelerar el proceso, lo más probable es que lo eches a perder por completo e incluso que le hagas daño.

    No hagas nada que pueda indicarle que tienes prisa o te estás impacientando. No suspires ni gruñas; no te enfades ni te sientas frustrado; no mires el reloj y, desde luego, no se te ocurra decir nada parecido a “vamos, ya”. Repasa las tres garantías de la Primera parte y presta especial atención a la número dos: “No hay prisa. Ella dispone de todo el tiempo del mundo y tú deseas saborear cada instante”.

    Recuerda que una de las principales causas de ansiedad de las mujeres durante el cunnilingus es el temor de que tardan demasiado, de ahí la importancia de proporcionar a tu pareja seguridad en este sentido. Si a ella se le pasa por la cabeza que está tardando demasiado, la ansiedad puede convertirse en una profecía que acarrea su propio cumplimiento.

    La clave está en el calentamiento. Cuanto más se haya excitado la mujer con los preliminares, más fácil y más rápidamente alcanzará el orgasmo. En lugar de reducir el tiempo, concéntrate en reforzar el placer y la intimidad que estás ofreciendo.

    Una sesión de cunnilingus tiene momentos clave en los que la introducción de un elemento nuevo o una variación -una pasada con la lengua, un dedo, la estimulación del nódulo o del ano— refuerza notablemente el proceso y lo lleva hasta el nivel siguiente.

    Ni que decir tiene que todo hombre debería comprender el proceso de respuesta sexual femenina y ser capaz de manejar técnicas de estimulación muy variadas. Como dice el refrán, «una puntada a tiempo ahorra ciento».

    Ahora bien, más allá de las generalidades, es esencial tener ese conocimiento intuitivo que resulta del compromiso íntimo con una mujer y aprender por la experiencia lo que funciona y lo que no.

    Henry David Thoreau dijo lo siguiente: “No es necesario que la historia tenga que ser larga, sino que abreviarla lleva mucho tiempo”. Lo mismo puede decirse del cunnilingus. Para que la sesión sea breve, sin perder la intensidad y la resonancia de una más prolongada, no basta con ser hábil: tienes que conocer bien a tu pareja. Ese conocimiento íntimo se adquiere con tiempo, práctica y dedicación.

  • 35 Preorgasmo: Primera parte

    El orgasmo de tu pareja fue en algún tiempo un destino remoto y distante en tu viaje por los caminos del placer. El perfil de esta ciudad resulta ahora claramente visible, tanto como tangible es el vibrante ritmo de sus principales calles. Acabas de entrar en la ciudad.

    ¡Bienvenido a Orgasmópolis!

    SIGNOS DE EXCITACIÓN VISIBLES

    Cuando hablamos de sexo y del momento inmediatamente posterior puede que la pregunta más frecuente de los hombres sea: “Oye…, ¿has llegado?”. El orgasmo femenino es para muchos hombres un misterio, un enigma, una quimera tan intangible y esquiva que a veces ni siquiera saben reconocerla cuando la tienen ante sus ojos.

    Por eso, vamos a examinar muy atentamente qué sucede cuando una mujer tiene un orgasmo.

    De momento no perdamos la confianza: si eres capaz de sintonizar con su proceso de respuesta sexual, si avanzas a buen ritmo en todo momento, apreciarás síntomas visibles del clímax inminente antes de que éste se produzca. Estos signos resultan más evidentes en la fase del preorgasmo, el momento que precede a las contracciones orgásmicas.

    ¿Cuáles son los síntomas visibles de la excitación? ¿Cómo sabes que tu pareja está a punto de llegar al orgasmo?

    Todos los hombres sabios han reflexionado sobre esta cuestión en todas las épocas. Así, en The Tao of Love and Sex, Jolan Chang describe los “indicadores de excitación femenina” de acuerdo con las observaciones del maestro taoísta Wu Hsien:

    • Jadea y le tiembla la voz de un modo incontrolable
    • Cierra los ojos; los orificios nasales se dilatan. Es incapaz de hablar
    • Mira al hombre
    • Se sonrojan las orejas y la cara, mientras la punta de la lengua se vuelve ligeramente más fría
    • Tiene las manos muy calientes y el abdomen tibio, y sus palabras resultan casi ininteligibles
    • Parece como si estuviera casi en trance; su cuerpo es blando como la gelatina y sus extremidades languidecen
    • Se ha quedado sin saliva bajo la lengua y se aprieta con fuerza contra el hombre
    • Los latidos de la vulva se tornan apreciables, al igual que sus fluidos

    Muy bien. Aunque los hombres de hoy en día no sean capaces de apreciar que “se ha quedado sin saliva bajo la lengua”, las pruebas revelan que sí son capaces de observar otras muchas cosas:

    • Siento que su vagina se tensa. Empieza a contraerse y a latir, como el corazón
    • Se pone rígida y tensa los músculos. Se tensa y se relaja, se tensa y se relaja…, sobre todo las piernas
    • Se pone colorada y todo su cuerpo desprende calor
    • Empieza a sudar
    • Tensa los músculos abdominales
    • Se le hinchan los pechos
    • Noto un sabor diferente en ella; sus fluidos se espesan, se vuelven más dulces y cálidos. Es como si el proceso los calentara en un caldero
    • Me agarra con fuerza y no deja que me mueva
    • Me encierra en su vagina
    • Respira con mucha fuerza, como si estuviera corriendo un maratón
    • Se le acelera el corazón y le late muy fuerte
    • Me agarra del pelo y de las orejas
    • Empuja con la pelvis hacia arriba
    • Se frota contra mí
    • Se muerde el labio inferior
    • Me dice: «Sigue, sigue; no pares»
    • Busca algo a lo que agarrarse: mi pelo, un dedo, un trozo de sábana
    • Entra en otro mundo. Está completamente absorta en su concentración
    • Parece como si estuviera poseída y hablara en lenguas ininteligibles

    A SÓLO 90 SEGUNDOS

    Los cunnilingüistas se encuentran en una posición privilegiada para observar los síntomas de excitación visibles, especialmente si la luz está encendida. Llama la atención la intensificación del color y el brillo de los labios menores, así como el repliegue del clítoris en su capuchón: ambos síntomas indican que se encuentra a sólo noventa segundos del clímax. Aun en la oscuridad puede apreciarse que el glande se retrae; si te concentras en sentir el glande cuando está erecto y asoma, no te será difícil advertir su desaparición.

    REPASEMOS

    En este capítulo hemos observado los síntomas visibles de la excitación, indicio de que sólo faltan noventa segundos para el orgasmo.

  • 36 Preorgasmo: Segunda parte

    PERMANECER EN POSICIÓN

    Uno de los principales retos del preorgasmo es sujetar bien a la mujer y ayudarla a mantener el contacto del clítoris con tu boca. El camino que tiene por delante discurre en línea recta, y debes asegurarte de que no se salga de la pista ni dé virajes bruscos. Es frecuente que la mujer pierda el control del orgasmo cuando está a punto de alcanzarlo. Debes ser constante, además de persistente.

    Párate a pensarlo un poco: una zona muy pequeña (el glande del clítoris) debe mantener un contacto constante con otra zona muy pequeña (tu lengua y tu encía). Si no la sujetas bien con las manos (una bajo las nalgas, otra en la antesala de la vagina), y si no presionas con fuerza con la lengua y la encía en toda la región del clítoris al tiempo que mueves la lengua metódicamente y sin perder el ritmo, el orgasmo dejará de ser inevitable y pasará a convertirse en mera posibilidad. Piensa que tienes que mantener el clítoris entre una roca y una superficie dura.

    • Cuando la mujer llega a la fase preorgásmica, cierra sus piernas lo máximo posible. En esta posición sus músculos pélvicos tienen mucha más facilidad para pasar a la fase de espasmos involuntarios. Si las piernas están demasiado separadas no podrá alcanzar el orgasmo. No te preocupes por no tener espacio suficiente para estimularla con la lengua: hay sitio de sobra. Llegado este punto, cuanto más fuerte sea el encaje, mejor. Recuerda que el glande del clítoris es una zona externa de la vulva y está más cerca del monte de Venus que del interior de la vagina.
    • En esta posición, todo se estrecha y se tensa: las paredes de la vagina alrededor de tus dedos y sus piernas alrededor de tus brazos; la actividad se ve limitada y concentrada. Alguien que observe desde fuera podría pensar que estáis los dos muy quietos; la fuerza y la tensión se relajan el mínimo necesario para desencadenar un auténtico torbellino de movimientos.

    [DIBUJO Posición preorgásmica: piernas cerradas (vista lateral) output_page-186.jpg]

    Si necesitas ayuda para cerrarle las piernas sin perder la concentración en la estimulación oral y manual, átale los tobillos con una corbata o un pañuelo. De este modo te resultará mucho más fácil que no pierda la postura.

    • Generalmente, para que la mujer adopte la posición correcta basta con que cierre las piernas mientras tú -con los dedos de una mano dentro de ella y la otra mano bajo las nalgas— te colocas encima de ella y le sujetas las piernas con todo el peso de tu cuerpo.

    REPASEMOS

    En este capítulo hemos visto la importancia de ayudarla a mantener la posición correcta. Concéntrate en que esté lo más quieta posible y limita sus movimientos. Asegúrate de que tiene las piernas bien cerradas.

  • 37 Otras dinámicas

    La acción puede especiarse con un poco de juego anal. No olvidemos que el clítoris y el ano están conectados por el perineo y que el esfínter se contrae durante el orgasmo en combinación con los músculos de la pelvis. Es decir, la región anal interviene también en el proceso de respuesta sexual y está conectada con la red clitoridiana.

    Tal como sucede con el cunnilingus, con un poco se puede llegar muy lejos, y la estimulación anal no constituye una excepción.

    • Hasta el momento hemos estimulado el perineo y la zona situada alrededor del ano. Ahora acaricia el ano con la punta del dedo e introdúcelo ligeramente (sólo la punta). Nada más penetrar la zona anal debes sentir la contracción de los esfínteres.
    • Mantén el dedo en esta posición durante el orgasmo.

    Para estimular el ano puede ser necesario un poco de ese lubricante que conviene tener a mano. Normalmente no será necesario, pues parte de la humedad de la vulva habrá llegado al perineo y se habrá introducido en la región anal, pero no está de más estar preparado.

    • Para estimular el ano sírvete de un dedo que no hayas usado en la estimulación de la vulva, con el fin de no transmitir bacterias de una región a otra. Lo mejor es emplear el pulgar de la mano con la que estás sujetando las nalgas. Adopta una postura cómoda para que puedas introducir fácilmente la punta del pulgar en el ano al tiempo que sujetas las nalgas.
    • Puedes usar también el meñique o el anular de la mano con la que estás estimulando la vulva, dos dedos que no suelen intervenir y que pueden desarrollar un papel activo.

    Es oportuno señalar que, si bien el cunnilingus es un modo de expresión sexual generalmente aceptado, la estimulación anal se considera excesiva, aunque existe una gran diferencia entre introducir la punta de un dedo y practicar el coito anal. Si es la primera vez que lo practicas, juega un poco con el dedo en toda la zona para que ella entienda que te estás acercando y entrando. Si notas que se siente incómoda, no insistas; no vale la pena estropear una buena sesión de cunnilingus.

    REPASEMOS

    En este capítulo hemos apuntado el papel que desempeña la región anal en el proceso de respuesta sexual y el tipo de estimulación más adecuada en combinación con el cunnilingus. Recuerda que estimulación no es penetración; la estimulación anal puede reforzar notablemente la intensidad del orgasmo, pero también puede inhibirlo si es excesiva.

  • 38 Preorgasmo: Tercera parte

    Cuando ella se encuentra ya muy cerca del orgasmo, procura mantener un poco de tranquilidad mental. No te dejes llevar por la fogosidad. Una de las principales ventajas del cunnilingus sobre el coito es que puedes mantener el control a lo largo de todo el proceso; uno de los errores más comunes de los hombres es responder con pasión a la pasión. Ahora que has sido capaz de llegar hasta aquí, no dejes que la sesión degenere en caos cuando está a punto de culminar.

    LAMETONES SERENOS Y CONSCIENTES

    Es el momento ideal de tranquilizar la lengua, aunque resulte un poco difícil. Cuanto más leves sean tus lametones más prolongarás las sensaciones inmediatamente previas al orgasmo.

    • Si aplicas lametones rítmicos y verticales, puedes saltarte alguno. Por ejemplo: 1-2-3-4, 1-2-nada-4; o 1-nada-2-nada; 1-nada-2-nada.
    • También puedes incluir un lametón horizontal en mitad de una serie de pasadas verticales; podemos terminar la sesión igual que la empezamos, con un poco de juego.
    • Aminora el ritmo. Deja que el orgasmo venga a tu encuentro. Hazla rabiar un poco. Este tipo de técnicas juguetonas no sólo desencadenan el orgasmo sino que intensifican las contracciones.

    Veamos cuáles son estas técnicas:

    Lametones estilo Jackson Pollock

    Una anécdota sobre el pintor Jackson Pollock: un periodista acudió una tarde al estudio del artista para conocer su obra; indiferente a las manchas abstractas de su pintura le dijo: “Esto no es arte; un mono podría hacer lo mismo”. Pollock hundió el pincel en un bote de pintura, realizó un diestro movimiento de muñeca y le dijo al periodista que se fuera a paseo. Había apuntado con el pincel al pomo de la puerta y consiguió lanzar un punto de pintura justo en su centro.

    Lame su vulva igual que Pollock mueve el pincel: con pinceladas amplias pero milimétricamente precisas. Barre y serpentea, empezando con la parte plana de la lengua y terminando con la punta. Demuestra que sabes lo que te propones y transmite la precisión que hay bajo la pasión.

    El nenúfar

    Piensa en una rana instalada sobre un nenúfar. Está sentada muy tranquila y callada, y de pronto saca la lengua para atrapar a su presa. Haz como una rana para “cazar” el glande con la lengua. En cuestión de cunnilingus, menos es más, y esta técnica, con sus pausas y su contacto súbito, responde fielmente al lema.

    Últimos toques

    El pintor impresionista Georges Seurat fue un pionero en el arte del “puntillismo” para representar una imagen a partir de miles, si no millones, de puntos de color. Aplica los toques finales a tu lienzo como el pintor que examina orgulloso un paisaje; usa levísimamente la punta de la lengua para darle vida con un mínimo punto de color.

    Prepárate: se avecina la primera serie de contracciones involuntarias y espasmódicas que anuncia el estallido del orgasmo y libera la tensión que entre los dos habéis generado con tanto mimo.

    Según señalaron Masters y Johnson, en la fase previa al orgasmo “la mujer extrae su fuerza fisiológica y psicológica de unas reservas de tensión sexual que crecen gradualmente, hasta que puede concentrar toda su capacidad física y mental en el orgasmo para expresar la tensión sexual acumulada”.

    REPASEMOS

    En este capítulo hemos analizado la importancia de aplicar leves toques con la lengua cuando ella se aproxima al orgasmo. Este tipo de movimientos mínimos contrasta con la presión de tu encía sobre la comisura anterior, además de prolongar la fase del preorgasmo e incrementar la tensión sexual.

  • 39 Un consejo para quienes no consiguen concluir

    A veces puede ocurrir que la mujer no es capaz de alcanzar el orgasmo con la lengua y se estanca en la fase previa a menos que se produzca la penetración. Esto puede pasar por distintas razones:

    • Tal vez piense que el coito es el mejor modo, sino el único, de experimentar un orgasmo.
    • Puede desagradarle la idea de alcanzar el clímax en la boca del hombre.
    • Puede ocurrir que su cuerpo no está debidamente acostumbrado para llegar al orgasmo de esta manera.

    Dice Natalie Angier: “La íntima conexión entre los humores psíquicos de una mujer y el poder de su clítoris significa que este último debe estar conectado a su cerebro antes de cantar de placer. El cerebro necesita aprender este camino, tal como necesita aprender a mantener el equilibrio sobre una bicicleta. Una vez se ha aprendido, nunca se olvida”.

    La mayoría de las mujeres saben “conectar” para alcanzar el orgasmo cuando se masturban y sin embargo necesitan pasar a la penetración para alcanzarlo con su pareja. Lo que ocurre es que los hombres no suelen usar la lengua para “culminar” el proceso, de ahí que muchas mujeres no logren “conectar” lo suficiente para llegar al orgasmo con el cunnilingus.

    Por fortuna, esta situación tiene fácil arreglo. Dale confianza, haz que se relaje, indícale que deseas que llegue al orgasmo así, dile cuánto te gusta. Dale tiempo para que ella avance a su propio ritmo y no te preocupes si la primera vez no lo consigue. Lo logrará cuando le proporciones la estimulación que necesita.

    Si, a pesar de todo, ella insiste en terminar la sesión de cunnilingus con la penetración, procura que el cambio se produzca sin interrupciones. Es fácil perder el ritmo establecido y echar a perder la tensión sexual.

    En el capítulo 43 hablaremos un poco más de esta cuestión.