23 La forma sigue a la función: en posición

Antes de bajar hasta los genitales de una mujer, asegúrate de que tu postura es la adecuada para una óptima actuación. La diferencia entre el éxito y el fracaso es a menudo cuestión de forma. Las películas porno nos han hecho creer que cualquier postura es buena: de pie contra la pared, encima de una mesa, con el cuerpo colgando por fuera de la cama o sujeto a las vigas del techo…, cuanto más extravagante mejor. No es cierto. Nada más lejos de la realidad…

Lo principal para realizar un buen cunnilingus es practicarlo desde una posición que permita aplicar “cómodamente” una presión rítmica y constante a quien lo da y relajarse a quien lo recibe para disfrutar de todos los matices del placer. Curiosamente, una de las principales razones por las que los hombres aseguran no hacerlo más a menudo es la incomodidad resultante del esfuerzo de adoptar una mala postura. Por lo tanto, si tu actitud hacia el cunnilingus es la de “sin dolor no hay beneficio”, has de saber que te equivocas completamente.

LO QUE NO SE DEBE HACER

Hay unas cuantas posturas, más propias del cine porno que adecuadas para ofrecer una estimulación prolongada del clítoris, que no obstante gozan de amplia aceptación, por más que sean incómodas. En el mejor de los casos pueden ser un complemento excitante para la sesión de cunnilingus, y en el peor pueden arruinar la experiencia. Entre las más populares figuran el 69, el SEMC (siéntate en mi cara) y de pie contra la pared, entre otras.

El 69

De las tres posturas mencionadas, el 69, la postura en la que hombre y mujer se estimulan genitalmente al mismo tiempo, es quizá la más extendida y también la más problemática: El 69 supone un empeño por ofrecer estimulación desde un mal punto de partida. En lugar de acercarte hacia la vulva desde el sur (de abajo arriba), te acercas desde el norte (de arriba abajo). Al margen de quién se encuentre arriba, las manos tienen un escaso margen de maniobra y también resulta difícil usar la lengua para llegar a las principales zonas del clítoris. En opinión de la autora y columnista sexual Anka Radakovich: “La técnica de acoplar la boca a orificios y protuberancias sin perder el ritmo es como jugar al Twister Desnudo”.

  • Si das al tiempo que recibes es poco probable que te concentres en estimular el clítoris de manera moderada y ecuánime. Incluso cabe la posibilidad de que te dejes llevar por el entusiasmo y hasta pierdas el control.
  • Por último, esta postura no resulta cómoda de mantener durante mucho rato. No permite que la mujer se relaje por completo para centrarse en todos los matices del placer. En cuestión de sexo oral lo mejor es que uno dé y otro reciba; ambas actividades son extremadamente placenteras y es preferible no mezclarlas.

El 69 no es más que una postura original, lo cual no significa que no sea excitante o un modo atractivo de permitir que ella te proporcione placer, pero más vale dejar la experiencia para el calentamiento y olvidarse de ella durante el partido.

Cuando practiques el 69 durante el calentamiento asegúrate de que reservas los mejores lametones para el partido. El primer beso genital debe dejarla sin aliento, por lo que ha de posponerse para crear la máxima expectación. Ocúpate primero de las zonas que rodean la vulva, antes de llegar al clítoris. Usa los labios en lugar de la lengua, besuquea, mordisquea, pero no te acerques al glande del clítoris. Adopta una posición de fuerza y utilízala como invitación para ascender a cumbres cada vez más altas.

SEMC (siéntate en mi cara)

Lo mismo puede decirse del SEMC, una postura que proporciona mejor acceso a la vulva que el 69, pero impide sustancialmente usar las manos y los dedos. Cuando se sienta en tu cara (en realidad se arrodilla alrededor de la cara), la mujer se ve obligada a adoptar una posición vertical, lo que supone una excesiva tensión en la espalda y las piernas. En esta postura es altamente improbable que la mujer se excite demasiado, aunque puede resultarle estimulante por la sensación de dominio que le proporciona y no está mal para divertirse un rato.

De pie contra la pared

Ella se coloca de pie contra una pared y tú te arrodillas delante. Si bien es poco probable que alcance el orgasmo en esta postura, el respaldo de la pared facilita el paso por distintas fases de excitación. Esta postura tiene la fogosidad y la fuerza de un “polvo rápido”, pero sin la eyaculación masculina que generalmente la acompaña cuando se emplea para la penetración.

Las tres posturas comentadas son un buen estímulo erótico y sirven para intensificar la tensión del momento. Lo cierto es que con un poco de imaginación no hay límites para inventar y experimentar con posturas creativas; una vez leí un libro que recomendaba estimular el clítoris de la mujer mientras ella se apoyaba en la cabeza y te rodeaba el cuello con las piernas.

Puedes usar estas posturas durante el calentamiento para comenzar, pero no las confundas con las que de verdad producen una excitación del clítoris hasta alcanzar un punto sin retorno.

Hasta aquí lo que no se debe hacer.

AHORA LO QUE SE DEBE HACER

Su cuerpo

  • Lo mejor es empezar con ella tumbada sobre la espalda, con las piernas ligeramente separadas (no más de quince a veinte centímetros) y las rodillas ligeramente flexionadas. En general es preferible que las piernas estén más juntas que separadas, para que ella pueda controlar plenamente los músculos pélvicos. Debe sentirse totalmente cómoda relajada para concentrarse en el placer que está recibiendo sin ningún tipo de distracciones, físicas o mentales.
  • Presta atención al arco de su espalda. Una vez más, el cine porno nos ha enseñado que cuando una mujer se excita mucho tiende a arquear la espalda, echar la cabeza hacia atrás, sacar los pechos y levantar el cuello. Esta postura, aunque muy erótica, fue bautizada por el sexólogo Wilhelm Reich como “arco histérico”. Además de ser decididamente antinatural, bloquea el flujo sanguíneo en la región pélvica, dificulta la respiración e inhibe el proceso de respuesta sexual. Cuando una mujer está excitada y cómoda, la espalda reposa en posición horizontal, mientras que los genitales se elevan ligeramente para buscar tu boca, en lugar de descender. Dicho de otro modo, todo lo contrario de lo que vemos en las películas porno. Para que ella encuentre una postura cómoda, colócale una o dos almohadas bajo el cuello y los hombros.
  • Colocar una almohada bajo las nalgas de la mujer favorece el flujo sanguíneo en la región pélvica al tiempo que facilita el acceso a sus genitales; de este modo te resultará más fácil conectar tus labios a sus “labios” y no notarás tensión cervical.

Tu cuerpo

Es importante que dispongas de espacio para estirarte y ponerte cómodo, para lo cual tal vez necesites empujarla hacia la cabecera de la cama. (Si estáis en el suelo -un lugar estupendo para una sesión de cunnilingus, pues ofrece una superficie sólida y plana―, poned algo blando para que se apoye, como una alfombra suave o un edredón).

  • Coloca una almohada bajo tus antebrazos para manejar las manos cómodamente y acercarte a su vulva lo más posible.
  • Sitúate en posición vertical con respecto a su vagina. Con la excepción de sus piernas, que estarán ligeramente separadas, ambos cuerpos deben formar una línea recta.
  • En general te sentirás muy cómodo para realizar una amplia gama de movimientos: lamer durante mucho rato, acariciarle las nalgas, levantarle las piernas y acunarla adelante y atrás, apoyar una mano en su vientre o mover su cuerpo de lado a lado.

Si padeces algún tipo de trastorno sexual, principalmente eyaculación precoz o disfunción eréctil (también conocida como impotencia), consulta el Apéndice y encontrarás posturas que pueden ayudarte a transformar tu debilidad en fortaleza.

Tu cabeza

  • El cunnilingus no se limita al uso de la lengua. Hunde la cara en su región genital. Oculta la nariz ligeramente en su monte de Venus, mientras apoyas firmemente el labio superior y el bigote en el borde del sacro. Debes tener libertad para mover a tu antojo el labio superior y presionar ligeramente con las encías la comisura anterior, el punto situado justo encima del glande del clítoris, donde se encuentran los labios mayores.
  • Es importante que la lengua descanse cómodamente en la antesala de la vagina y abarque toda esta zona de arriba abajo. En esta postura podrás mover la lengua a tu antojo: dar lametones intensos y prolongados o breves y rápidos, apoyar toda la superficie de la lengua y dejarla quieta o presionar con la punta en determinadas zonas.
  • Concéntrate plenamente en su vulva; piérdete en ella con boca, nariz, encías, dientes y lengua; úsalo todo de un modo u otro. Si una cámara captara el momento, apenas se vería más que la nuca; como mucho detectaría algún movimiento de la lengua.

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Unidos

No busques nada más que comodidad total y acceso sin restricciones. Sabrás que estáis en la postura correcta cuando ella pueda ver cómodamente todo su cuerpo y admirar tu actuación y tú puedas levantar la vista sin interrumpir la acción, para establecer contacto visual.

Recuerda que en todo lo relacionado con el cunnilingus y la postura corporal, la forma está al servicio de la función. Concéntrate en darle placer y el cuerpo seguirá tus órdenes de un modo natural.

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Repaso

En este capítulo hemos visto la importancia de empezar bien, adoptando la postura correcta. Asegúrate de que estás cómodo y relajado. Evita cualquier postura novedosa que te impida usar las manos y los dedos, que bloquee el flujo sanguíneo en la pelvis o que inhiba el proceso de respuesta sexual. Busca posturas que te permitan disfrutar al máximo cuando das y cuando recibes.