Si bien el cunnilingus puede ser una práctica común, eso no significa que deba abordarse con descuido. Asegúrate de integrarlo en tu rutina sexual, sin olvidar la cautela. Comunícate con sinceridad y espontaneidad cuando inicies una nueva relación. Muéstrate dispuesto a comentar cuántas parejas sexuales tienes en ese momento, cómo es tu sexualidad, habla de los comportamientos de riesgo, comunica si padeces alguna enfermedad venérea, relata cómo han sido tus últimos contactos y toma las precauciones necesarias. No olvides que algunas enfermedades de transmisión sexual son asintomáticas y pueden pasar desapercibidas; antes de dejarte llevar por la emoción del momento, piensa que no debes practicar el cunnilingus sin protección. Ningún acto, por pequeño que sea, está exento de riesgo, por grande que sea la recompensa.
Si tienes dudas o estás nervioso, no te arriesgues; no merece la pena. Ahora bien, si no quieres renunciar por completo al sexo oral, toma precauciones como el uso de barreras o diques dentales (una fina lámina de látex que se coloca sobre la vulva mientras se practica el cunnilingus), guantes de látex o dedales (capuchas de plástico como las que se usan en los restaurantes para protegerse de los cortes). Este tipo de accesorios para practicar el sexo de forma segura suelen encontrarse en las farmacias, aunque también pueden solicitarse por catálogo a establecimientos especializados. En un momento de apuro incluso puede bastar con un poco de film transparente, siempre que no sea apto para microondas, pues éste no es impermeable a las bacterias.
Si este tipo de protecciones te resultan incómodos, no pierdas de vista lo que obtendrás a cambio: podrás practicar un sexo oral de primera y sin riesgos. Un poco más adelante detallaremos las técnicas y rutinas para incorporar estos artículos en el proceso sin restarle un ápice de pasión.
Lo primero es conocer la protección necesaria y luego aprender a usarla.
El condón suele estar a mano durante la actividad sexual, y cualquiera de los miembros de la pareja puede colocarlo. Sin embargo, mientras que el condón goza de una aceptación generalizada y su uso va en aumento, no ocurre lo mismo con los diques dentales y el resto de los accesorios que garantizan un cunnilingus sin riesgos. Y mientras que el uso del condón es un procedimiento estándar, y en estos tiempos que corren uno no se lo piensa dos veces, el uso de los elementos mencionados resulta llamativo y puede percibirse como señal de riesgo, aun cuando se trata precisamente de lo contrario, es decir, de una precaución.
Tal vez sea porque los condones sirven al doble propósito de prevenir tanto la enfermedad venérea como un embarazo no deseado, mientras que los diques dentales sólo previenen la enfermedad. Seguro que no hay muchos hombres que lleven durante años un dique dental en la cartera hasta que se presenta la oportunidad de usarlo, ni tampoco muchas mujeres que insistan en su utilización.
«Lo cierto es que a las mujeres no les gusta que utilices un dique dental, porque disfrutan menos. Si quieres usarlo tienes que convencerlas». NICK, 27 AÑOS
Sin embargo, por más que hablemos de protección y precaución, no hay nada que pueda sustituir a la libre fusión de los cuerpos. Como la unión de dos cables de distinta carga eléctrica para crear un único flujo de energía, tu lengua en su vulva es la suma de miles de terminaciones nerviosas, un incendio neuronal, un zumbido de receptores, la definitiva fusión de cuerpo y alma en rítmica cadencia. Este tipo de experiencias gozosas se viven en última instancia en una relación de compromiso y confianza. En palabras de Sally Tisdale:
“En lo más profundo de la pasión sexual, la piel del otro cobra la cualidad de un tesoro y las prosaicas secreciones de nuestro cuerpo se convierten en miel, en maná, en luz. Es terrible verse privado del fluido del otro; nuestros fluidos están destinados a mezclarse, por eso anhelamos esa mezcla tan vergonzante y pura al mismo tiempo.”
Para practicar el sexo sin riesgos no olvides lo que decía el doctor Comfort en The New Joy of Sex: “No hay lugar para el pánico o el fracaso en el goce sexual, sólo información y cautela”.